Operación Pañal con Sonia Esquinas

Blog Smile - Educación Infantil

El momento en el que nos tenemos que dedicar a quitar los pañales, a veces se nos hace muy cuesta arriba en la cabeza.

Realmente, siempre digo que hay que tener en cuenta varios factores para que lleguemos a nuestro objetivo en un plazo de tiempo.

Estos factores son:

-Maduración biológica de los niños/as.

-Un buen entrenamiento.

-Y sobre todo, preparación emocional de los padres, que son los que realmente van a llevar a cabo este trámite.

Afortunadamente, siempre podemos contar con la inestimable ayuda de las seños de la escuela infantil donde acuden nuestros hijos/as, y así, cumplimos el dicho de que ambas partes somos un equipo con el único objetivo de que nuestros niños/as se desarrollen de una manera integral.

Como en cualquier nueva situación, se debe empezar informando a los niños/as de qué va a ocurrir. Ya son mayores, y por lo tanto, vamos a dejar de usar pañales, así que cuando tengan ganas, deben avisar para ir al wc.

Como todo, os vais a encontrar mucha información sobre el tema, a veces incluso contradictoria, así que mi consejo es, seguid vuestra intuición, qué pensáis que va a ser mejor para el caso concreto de vuestro hijo/a.

En líneas generales, debemos trabajar primero la vigilia y una vez conseguida, empezaremos a trabajar el sueño. En un primer momento haremos siestas sin pañales, para luego «atrevernos» a no ponerlos ya de noche.

Lo más adecuado es que se empiece en el fin de semana, para que sean sus padres los que estén al lado y nuestros niños/as se sientan seguros.

Nunca debemos regañarlos por los accidentes que probablemente van a ocurrir, sobre todo al principio. Simplemente, los cambiaremos con su ayuda y llevarán la ropa sucia al cesto o enjuagarán los residuos ellos mismos en nuestra compañía, si fuera el caso.

No es para nada adecuado que en el cole se trabaje esto por la mañana y por la tarde en casa no, o viceversa, ya que así los niños estarán recibiendo un mensaje contrario en los dos ámbitos importantes de su vida y podemos tardar más en conseguir nuestro objetivo.

Supuestamente, se consigue el pis y después la caca, pero en mi experiencia personal, me he dado cuenta que trabajando la caca, también estamos trabajando el pis.

Un método divertido puede ser poner un trozo de papel en la taza del wc y jugar a meterlo en el agua con la fuerza del chorrito del pipí, y no tengo que explicar que a cada avance debemos reforzar con elogios, alabanzas, besos, abrazos, alegría…

Una buena rutina de horario, al principio estricta, es el mejor ingrediente para conseguir que nuestros hijos/as hagan caca y por supuesto, no se debe ir preguntando todo el día «¿Quieres hacer pipí?» Sino que, estando pendiente de los tiempos, cada dos horas más o menos, le diremos «Vamos a hacer pipí» «Sí, ¡que ahora toca!»

No tengáis miedo, cuesta más en la cabeza que en la realidad, os lo aseguro. Lo más importante es cómo os decía en las primeas líneas, la preparación emocional de los padres, el estar convencido que nuestra obligación es acompañar a nuestros hijos/as en su proceso de crecimiento y es a partir de ahí, éxito seguro.

Ánimo y ¡Al lío!

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