La importancia del juego en el desarrollo por nuestro equipo Transdisciplinar.

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El juego es una actividad placentera, libre y espontánea, pero de gran utilidad para el desarrollo del niño teniendo también una importante función educativa y de aprendizaje. El juego es una forma lúdica de aprender a socializar, a pensar, a resolver problemas, a madurar y como no, de aprender a divertirse. A través del juego el niño conecta con su imaginación, su entorno, con la familia y con el mundo en general.

A la misma vez que el niño va cambiando de etapa evolutiva, va variando también el tipo de juego, así como sus beneficios y sus consecuencias. Es por ello por lo que es importante que el entorno y los juguetes  sean adaptados a la edad del niño, a lo que necesita en ese momento y, sobre todo, a que esos juguetes ayuden a estimular los objetivos apropiados a la edad. Iremos pasando de objetivos de carácter más motor a otros más relacionados con la cognición según vayan cumpliendo años.

El juego hace grandes aportaciones al desarrollo, el juego estimula y exige diferentes componentes del desarrollo infantil.

-Desarrollo cognitivo: pone en marcha el pensamiento y le ayuda a comprender su entorno.

-Desarrollo social: aprende a poner en marcha la reciprocidad y empatía.

-Desarrollo emocional: logra el estado placentero, ayuda a expresar sus sentimientos y emociones.

-Desarrollo motor: pone en marcha la motricidad gruesa, motricidad fina y la coordinación óculo-manual.

La evolución del juego durante el desarrollo infantil sería la siguiente, quedando presente cuatro tipos de juego: el funcional, el simbólico, el de normas y el de construcción:

-Juego funcional o de ejercicio: repetición de una acción por placer.

Entre sus beneficios encontramos el desarrollo sensorial, la coordinación de movimientos y el equilibrio.

Este tipo de juego va evolucionando desde los 0 los 24 meses, se inician con interacciones sobre el propio cuerpo, alrededor de los 4 meses se empieza a interaccionar con el entorno, a las 8 meses aparece la intencionalidad, pasando por la experimentación y finalmente a los 18 meses se inicia la representación mental antes de actuar, es aquí donde empiezan las conductas de imitación.

-Juego simbólico: simulación de situaciones, objetos y personajes no presentes en el momento del juego.

Entre sus beneficios encontramos la comprensión del entorno que nos rodea, el

desarrollo del lenguaje y la imaginación.

-Juego de reglas: presencia de reglas en el juego.

Sus principales beneficios son aprender a respetar, a ganar o perder, favorecer el lenguaje y la memoria.

-Juego de construcción: para dar soluciones a problemas y creaciones inteligentes.

Sus beneficios son potenciar la creatividad, facilita el juego compartido y aumenta el control postural.

El adulto tiene un papel importante en el juego, debe ser favorecedores de situaciones lúdicas y que predispongan al niño a jugar, a partir de aquí debe optar por un papel más pasivo y dejar que el niño sea quien guíe la situación y de manera más activa conforme va cumpliendo más años. Debe estimular los procesos emocionales, afectivos y cognitivos.  De esta forma favorecemos su confianza, su seguridad y le proporcionamos atención, ellos/as nos demostrarán sus destrezas, lo cual refuerza los sentimientos anteriores. Además, estamos estableciendo y reforzando vínculos afectivos y durante las situaciones del juego se dan intercambios de valores, se favorece la comunicación y nos permite momentos de enseñanza y de ayuda a la resolución de problemas que tan valiosos son para el/la niño/a. También es un momento idóneo para conocer un poco más a vuestro/a hijo/a y observar cómo reaccionan ante el éxito, el fracaso y cómo reaccionan ante la resolución de conflictos.

El adulto debe fomentar la curiosidad y el placer por encima de sus competencias, lo importante no será que lo haga perfecto, sino los pasos que sigue para realizar la tarea, los cuales debemos ir reforzando en la medida de lo posible, es un buen momento para trabajar la autoestima de los/las pequeños/as.

Los juegos  más importantes con el adulto durante los tres primeros años de vida son aquellos que proporcionan interacción, favorecen el disfrute, el cuerpo juega un papel importante y que estimulen la imitación. No debemos olvidar que no es necesaria la estimulación constante, los/as niños/as necesitan momentos de inactividad y de soledad, que tan beneficiosos son también para su desarrollo. En la medida de lo posible, se debe respetar las preferencias del niño, aunque no por ello debemos limitarnos exclusivamente a ellas. Disfrutemos de los momentos de juego, ya que es una actividad agradable y tengamos en cuenta todo lo que estamos estimulando a la vez que disfrutamos del tiempo compartido.

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