No hay reunión de inicio de curso en la que yo no insista en una cuestión que parece una tontería pero que para mí y para las personas que trabajan alrededor de vuestros hijos/as es vital.
Esta cuestión no es otra que necesitamos saber qué cosas importantes ocurren en la casa del menor.
Ya sea que han ingresado al abuelito, que ha muerto el perrito, que los padres se han separado, que al padre lo han destinado lejos y vendrá solo los fines de semana… cualquier circunstancia es susceptible de que afecte a los niños/as, no los subestimemos, por favor.
Muchas veces empezamos a ver a los niños/as «raros»…
-«Sonia, mira a este niño/a, que hace unos días está raro, pega o llora más de la cuenta, no juega tanto…»
-«¿Ha pasado algo en casa?»
-«Pues no lo sé…»
Siempre digo, los niños/as son niños/as, pero no son tontos/as, y aunque no puedan entender alguna circunstancia, notan perfectamente los cambios, las tristezas, las inquietudes…y en su vacío de información, lo intentan rellenar con lo único que tienen, «tendré yo la culpa…»
Solemos explicarle a los niños/as hasta lo que no les pertenece y en cambio, circunstancias especiales y que pueden influir en su vida cotidiana, no se lo contamos, a su nivel, por supuesto. ¿Tiene esto sentido?
Si pretendéis que vuestros hijos/as no sufran más de lo que les pertenezca, explicadle las circunstancias importantes que ocurren en casa, ya digo, a su nivel, y contádselo también a su señorita, y si queréis, pedidle que sea confidencial, que como buena profesional, lo acatará, pero no dejéis a vuestro hijo en su escuela sin la mochila emocional bien organizada.
