Son muchas las dudas que surgen al respecto: ¿Cuándo debo dar el paso?, ¿Hay que esperar a que le salgan los dientes?, ¿Qué pasa si no acepta el sólido?, ¿Debo darle un triturado si no se come el sólido?… Éstas y otras muchas son las miles de preguntas que se hacen las familias antes y durante el proceso.
Pues bien, el principal consejo es hacerlo lo más fácil posible, tanto para el niño como para nosotros. Tened por seguro que vuestro hijo no va a cumplir los dieciocho sin ser capaz de comerse un plato de comida sólida. Eso sí, no debemos demorarnos tanto, la masticación es una gran aliada del desarrollo del lenguaje. Si tu hijo practica los movimientos orales mientras mastica, a la vez está reforzando los músculos y éstos adquieren movilidad, fuerza, coordinación… esto ayuda a la articulación de las palabras y por tanto a un buen desarrollo del lenguaje expresivo que va casi que de la mano con este paso.
Tomarlo con calma, comer es una necesidad básica, pero, por supuesto, no es la única y no podemos hacer que todo gire en torno al momento de la comida. Empezamos con algunos consejos:
- El momento exacto en el que el niño de empezar a comer alimentos sólidos depende de la decisión de la familia y del bebé, pero alrededor de los 6 meses sería el tiempo estimado. El aumento de la cantidad de sólidos puede ser de forma gradual, así como su variedad y calidad. Es interesante que se empiece en este tiempo por lo comentado anteriormente, la masticación está directamente relacionada con estimulación de la musculatura bucofacial.
- Podemos empezar a introducir las comidas menos trituradas o directamente aplastadas con el tenedor, así se irá acostumbrando a las nuevas texturas de forma más gradual.
- Lo siguiente sería introducir el alimento sólido cortado en pequeños trozos para que los manipule con las manos y se lo lleve a la boca para masticarlo o simplemente para experimentar las nuevas texturas y sabores. No hace falta que le hayan salido la mayoría de los dientes ya que sus encías son muy fuertes y pueden masticar con ellas.
- Si no se lo come todo o no como nada, no debemos complementar con un triturado. Debe empezar a asimilar que a partir de ahora su comida va a ser así, con diferentes texturas y sabores. Esto para algunos niños/as tiene un tiempo de asimilación que hay que respetar, dejemos que experimenten.
- Debemos hacer el momento de la comida un rato tranquilo y de disfrute. Tras un tiempo prudencial se debe retirar el plato si no quisiera comer. No entrar en peleas por comer. Como hemos dicho al principio puede que rechacen ciertos alimentos, que experimenten y jueguen con ellos, todo forma parte de la novedad, tengamos paciencia y démosle tiempo.
- NUNCA debemos utilizar la comida como una gratificación y, por supuesto, tampoco como un castigo. La comida es solo comida y la tomamos para satisfacer el hambre (mecanismo autoregulador que a nuestros pequeños le funciona igual de bien que a nosotros) no para satisfacer otro tipo de necesidades. No podemos organizar su vida alrededor de la comida, pero el momento de la comida si debe ser placentero.
- Poner en el plato la cantidad que necesita comer nuestro pequeño y no la cantidad que creemos que tiene que comer. Es una decisión que nos va a ahorrar muchos sofocos.
En resumen, hay niños/as que accederán sin problema a este nuevo cambio, a otros les costará un poco más. Está en manos del adulto hacer este momento más simple, con paciencia y sabiendo que tu hijo/a va a terminar masticando, que necesita tiempo y que debe entender que la comida es un momento placentero, no un momento de discusiones o negociaciones.
Por último y a modo de opinión personal: ¿Cuál es la técnica infalible para que el paso del triturado al sólido sea un éxito SEGURO? Saltarse este paso y ofrecerle a tu hijo alimentos sólidos desde el principio, olvidemos la batidora. Pero de esto hablaremos en otro post y haremos mención al ya tan conocido método BLW (Baby Led Weaning).
