La fisioterapia respiratoria por nuestro equipo transdisciplinar

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El sistema respiratorio es un sistema incompleto e inmaduro al nacimiento, que comienza su formación en el periodo embrionario, aproximadamente hacia la semana 16 cuando comienzan a diferenciarse las vías respiratorias, y continúa desarrollándose durante toda la infancia, determinando los cambios más importantes y definitivos hasta aproximadamente los 10 años de edad.

Existen unas características anatómicas y fisiológicas en el sistema respiratorio del niño que lo predisponen a la aparición de problemas respiratorios. Se pueden destacar dos en este sentido:

-Gran resistencia al paso del aire a través de unas vías respiratorias cortas y de escaso calibre

-Hipersecreción de moco, ya que el epitelio del sistema respiratorio del niño es muy rico en este tipo de glándulas secretoras

La acumulación de secreciones obstruye las vías aéreas del bebé y el niño y disminuye de forma importante la entrada de aire. Esto dificulta la respiración, disminuye el apetito, perjudica el sueño, aumenta el cansancio y favorece el colapso de la ventilación pulmonar y la aparición de complicaciones respiratorias, como infecciones graves, hospitalizaciones, etc.

La fisioterapia respiratoria puede aliviar la sintomatología y mejorar el pronóstico de las dificultades, síndromes o patologías respiratorias

 

¿Cuáles son los objetivos?

-Limpiar las vías respiratorias altas, mejorando la respiración nasal del niño

-Facilitar la eliminación de secreciones (moco) tráqueo-bronquiales, disminuyendo así la resistencia de las vías respiratorias al paso de aire y favoreciendo la ventilación pulmonar

-Facilitar el trabajo respiratorio, el intercambio gaseoso y, con ello, la tolerancia al esfuerzo, disminuyendo la fatiga

-Aumentar la permeabilidad de las vías respiratorias, favoreciendo así el paso de la medicación pautada por el pediatra y mejorando su efectividad.

¿Qué conseguimos con la fisioterapia respiratoria?

-Si conseguimos que el niño respire mejor, sin fatigarse, comerá mejor, dormirá mejor, mejoraremos su calidad de vida

-Si aumenta la eficacia de la medicación suministrada, se puede reducir su uso a medio-largo plazo

-Si se limpian las vías respiratorias de secreciones, evitaremos las recaídas y las complicaciones

-Si no hay complicaciones, no se desencadenarán problemas más graves y desaparecerán los ingresos hospitalarios

-Si el niño respira fácil, come, duerme, no empeora, no necesita ingreso, su absentismo escolar y el laboral de los padres o tutores disminuirá

-En definitiva, si mejoramos la calidad de vida del niño/a, mejoramos la calidad de vida de toda la familia.

¿En qué alteraciones y patologías está indicada la fisioterapia respiratoria?

Siempre que haya acumulación de secreciones en las vías respiratorias se puede intervenir mediante técnicas de fisioterapia respiratoria.

Por ejemplo:

-Resfriados

-Asma

-Neumonía

-Fibrosis quística

-Atelectasia

-Bronquiectasias

-Drepanocitosis

-Hipoplasia broncopulmonar

-EPOC

-Enfermedades neurológicas con afectación respiratoria (PCI, Guillem-Barré, amiotrofia espinal, Duchenne…)

-Patologías y procesos inmunodepresivos, como cánceres o trasplantes

-Deformidades de la caja torácica (escoliosis, tórax en quilla, pectumexcavatum, traumatismos de la caja torácica…)

    -Bronquiolitis y bronquitis, patologías infecciosas respiratorias más frecuentes en los niños menores de dos años, producidas por virus (en el 80% de los casos, el VRS) y que provocan la destrucción del árbol bronquial, favoreciendo la aparición del asma como enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias inferiores en el niño.

El periodo de incubación del virus oscila entre los 2 y los 8 días, y la eliminación, en general es de 3 a 7 días, pero puede llegar en ocasiones hasta 4 semanas.

La transmisión del virus se hace por contacto directo con las secreciones (moco).

La enfermedad comienza en las vías respiratorias altas (rinorrea: moco en la nariz) y evoluciona hacia las vías respiratorias inferiores (bronquios y bronquiolos). Estas se inflaman y se produce un aumento de las secreciones y desprendimiento de células epiteliales que obstruyen las vías aéreas de pequeño calibre.

El niño respira con dificultad, se fatiga y deja de comer, y le cuesta dormir, lo que se traduce en un aumento del cansancio generalizado del niño.

Es habitual que el niño presente tos (seca y grasa), ruidos en el pecho (crujidos, vibraciones e incluso pitidos o silbidos) y, a veces, fiebre.

La fisioterapia respiratoria puede aliviar esta sintomatología y mejorar el pronóstico de la enfermedad

Algunos consejos y recomendaciones:

-Mantener las vías respiratorias altas limpias y despejadas mediante lavados nasofaríngeos con suero fisiológico

-Evitar el tabaquismo pasivo y los ambientes excesivamente contaminados o con humo

-Mantener al niño bien hidratado y nutrido, de forma saludable.

-No forzar a comer cuando haya mocos y el niño rechace la comida, es mejor ofrecer pequeñas dosis varias veces al día

-Hay que estar alerta si la pérdida de apetito se acompaña de vómitos y disminución importante de peso por la posible aparición de signos de deshidratación: piel escamosa, que se mantiene enrojecida, labios secos, no saliva y no lagrimea, aunque llore. Si observamos esto, estamos en situación de urgencia y debemos acudir con el niño al hospital

-Acentuar la higiene y los lavados de manos efectivos para evitar los contagios

-Mantener una temperatura ambiente adecuada en el hogar, ventilar bien las habitaciones y no sobreabrigar al niño

-Cuando el niño respire mal, es recomendable elevar el cabecero de la cuna o de la cama unos 30 grados con una almohada para favorecer la apertura de las vías respiratorias

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